No pudo ser.
7 de la mañana, whatsapp: no puedo ir estoy hecho un 4...
El organizador se lesiono ayer de la espalda y esta mañana no podia levantarse asi que decidimos improvisar otra ruta y dejar estos planes para otra ocasion con Luis Sanchez que para eso se molesto en organizarlo.
No hay mal que por bien no venga, quizas en la proxima fecha podamos ser mas asistentes.
Asi las cosas nos reunimos en Villanueva de Perales en el cuartel general de los ingenieros y de alli salimos tres mercurios con destino el puerto de Mijares y Navaluenga en la provincia de Avila.
A los pocos kilometros la mercurio de Santi va haciendo un ruido sospechoso que por precaucion le obliga a regresar a cocheras, de alli saldria con una SR a nuestro encuentro en Navaluenga. Alli es que era el aperitivo y no estaba dispuesto a perderselo.
Seguimos Luis (villanueva12) y yo ambos con mercurios con motores 5 velocidades y cilindros 250, el suyo de Matador modelo 75 y el mio de Sherpa 27.
Que motores tan diferentes!!
Nada que ver uno con otro.
La de Luis es un perro rabioso, con buenos altos y pidiendo gas constantemente, la mia es todo suavidad, sale en cuarta de algunas curvas que te crees que no lo haria y en quinta cuesta arriba y con dos plazas le abres gas y va ganado velocidad. Nos intercambiamos las motos porque uno de los objetivos de hoy era probar estos inventos y establecer las diferencias con los 200.
Al no venir Luis Sanchez la comparativa se estropeó pero el paseo de unos 200 Km ha servido para ver lo que dan de si estos motores.
En carretera abierta la moto de Luis simplemente no se la puede seguir, si abre con idea de dejarte te deja.
Pero en el puerto la cosa es distinta porque ahi el mal caracter de ese motor se hace incomodo, te obliga a reducir constantemente y no dejarle caer de vueltas. Ademas cuando las coje, eso corre y hay que frenar antes de la siguiente curva y ese no es el fuerte de esa moto, faltan frenos, muchos.
Sin embargo mi motorcito sale de las curvas siempre, sin toser, y afortunadamente la Leticia frena medio bien.
En fin que curva va, curva viene llegamos a la cima del puerto, hicimos la bajada que es mas rapida y mas comoda y enseguida a Navaluenga.
Por el camino nos cruzamos con Santi que ya venia a buscarnos.
El aperitivo estuvo magistral en una sombra a la orilla del rio viendo a la primeras valientes tomar el sol en la magnifica playa fluvial que tiene este pueblo de Avila. Bañarse ni Dios eso si, que el agua baja que corta la circulacion.
Y poco mas, viendo que a pesar de los contratiempos la mañana habia cundido bastante decidimos volver a comer a casa que hay algunos que no perdonan una siesta ni que los maten...