Os voy a contar una pequeña y corta historia. Un dia un compañero (mi mejor amigo) heredó de su suegro una vespa. Estuvimos un montón de días y horas restaurándola hasta devolverla a la vida. Cuando terminamos, yo heredé una bultaco mercurio 155 de mi suegro. Ese amigo y yo volvimos a estar juntos un montón de días restaurando la Bultaco. Desde entonces la Vespa y la Bultaco no se han separado nunca. Donde va una, va la otra. Nuestra intención era bajar desde Tortosa los dos, pero yo no puedo decir que no venga. Aunque el conduzca una Vespa, considero la Bultaco tanto mia como suya.
Saludos.