Vale, pondré yo unas cuantas, cagüen...
Arrancamos la etapa desde Palencia, donde conocimos a Mario. Aquí podéis ver al Cinco poniéndole las primeras pegas cinco minutos después de haberle conocido.
Esto es a la salida del pueblo de Mario. El y Jorge están pensando en algún ruido de la Macarena, mientras Luis piensa: "en cuanto se abra el semáforo, se van a cagar estos dos pringados".
No paramos a ver ningún monumento pequeño porque con la velocidad no nos daba tiempo a verlos, pero este era grande y pudimos parar. Esta es una foto de los muchachos en el Monasterio de Arlanza.
Esta es del domingo por la mañana, preparando las motos para la segunda parte de la etapa. ¿Adivináis quién se retrasó, enzarzado con el hombre del surtidor, que era un prodigio de simpatía y amabilidad?
Ya avanzado el camino, la moto de Mario casi pierde el guardabarros posterior, por lo que decidimos parar en una zona de meriendas y quemarla en una barbacoa enorme que había alli. En la foto se ve a Mario recogiendo las cosas que llevaba en la moto antes del terrible final.
Las velocidades eran tan elevadas que yo solo podía cogerlos con el coche en los pueblos.
Y finalmente, una foto de Jorge y yo en Turégano. Las cosas oscuras que se ven arriba no son nubes, son los dedos de Luis, que parece que tiene un muestrario de pollas en cada mano, cagüend...