por Microtaller » Jue May 25, 2006 3:35 pm
Estimado Veplus:
por supuesto que todos comprendemos tus motivos, y no creo que sea muy arriesgado aventurar que compartimos tu congoja y tu dolor, y tu sentimiento de restar horas a tu hijo pequeño.
Y yo especialmente, porque yo me perdí la infancia de mi hija, y ahora que tiene 20 años ya no es lo mismo... ¿o sí? Créeme que disfruto más de ella ahora que es ella la que se hace difícil de ver, y cuando la miro sé que los esfuerzos que por ella hice no han sido vanos.
En el pasado mes de Diciembre, solo en casa porque mi mujer (la persona más importante de mi vida) estaba ingresada en un hospital y yo no podía estar con ella, y pensé que quizá no le había demostrado lo mucho que la quiero y lo importante que es para mí. Y delante de un vaso de whisky, quise darle un homenaje; un homenaje grande y duradero, pero no solo a ella, quise darle un homenaje a todas las personas que nos quieren y a las que nunca demostraremos suficientemente lo que representan para nosotros, porque siempre tendemos a vernos como egoístas, aun sin serlo en muchas ocasiones. Y así surgió la idea de la Vuelta a España, y mi única intención era que al final, cuando sorteásemos el testigo fuese ella quien lo entregase, como homenaje final. Y al día siguiente, en el hospital, se lo comenté y me miró, cansada y dolorida, y me dijo: "yo lo único que quiero es que seas feliz, y en eso empeño mi vida, y tú tienes que serlo porque si no, yo no lo sería".
Y yo se que eso es cierto, porque a mí me pasa lo mismo. Yo trabajo muchas horas todos los días, pero cuando vuelvo a casa y ella me sonríe, sé que ha merecido la pena. Y los fines de semana, cuando paso un rato en el taller y viene de cuando en cuando a decirme que me quiere, o salgo yo a decírselo con las manos negras, lo demás deja de importar. Y cuando haga mi etapa con la Mercurio que ella ayudó a restaurar consiguiendo todo el dinero para hacerlo, volveré a saber que la felicidad de quienes te quieren es conseguir la tuya, y por eso, aunque llevamos muchos años juntos, cada mañana nos mandamos mensajes por teléfono diciéndonos lo mucho que nos necesitamos. No sé si a alguien le resultará cursi, pero esto es así y es mi orgullo.
Desde luego que es comprensible el que no quieras seguir, nadie puede no comprenderlo. Pero también comprenderíamos el orgullo de ese niño, dentro de unos años, con una revista antigua en las manos, diciendo a sus amigos: este de la foto es mi padre, que con otros amigos chalados, dio la vuelta a España en un hierro viejo, que yo todavía conservo en el garaje. Y también podrás sentirte orgulloso si no vienes y, enseñando la misma revista, dijese: mi padre no sale aquí porque me quiere tanto que renunció a esto.
La felicidad tiene siempre muchos caminos. Un abrazo.