Publicado: Lun Jul 04, 2011 4:19 pmVa una mini-crónica:
LLegué sobre las siete de la tarde al hotel. Los últimos 10 kilómetros con las comentadas pendientes. Mi mujer decía que era imposible que este fuera el camino correcto. Nunca había tenido que poner primera en un coche para subir una cuesta que no fuese la de un garage. Me acordé de Kappy.
Una vez en el hotel, ya había un buen número de mercurianos esperando.
Tomamos posesión de las habitaciones y nos dispusimos a probar la cerveza del lugar mientras contábamos batallitas y nuestros avances mecánicos.
Después de cenar y de alguna que otra copa sin alcohol, alguien dijo esa célebre frase que hace que algunos se envalentonen. Así que serían mas de las doce de la noche cuando un grupo de valientes nos dispusimos a acometer la ruta nocturna mas suicida jamás contada. Inolvidable. La vuelta se hizo larga. Varios kilómetros en primera ¡¡¡¡¡
A la mañana siguiente, llegó el grueso de la expedición. Y a la hora prevista los motores se pusieron en marcha para comenzar la ruta por unas maravillosas carreteras. Un diez para el que diseñó la ruta ¡¡¡¡.
Alguna parada de reagrupamiento y otra en una gasolinera. A mitad de ruta paramos en un monasterio a tomar un refrigerio cortesía de Juanjo Padilla. Proseguimos la ruta para finalmente llegar al restaurante donde se iba a celebrar la comida. El ágape fué espectacular. Calidad, cantidad, amabilidad y servicio impecable fué lo que obtuvimos gracias a la gestión de nuestro patrocinador y amigo Jose Fernando Villaplana.
Después de una larga sobremesa, partimos hacia el hotel, donde nos dispusimos a celebrar la curiosa prueba de aceleración. Lo que parecía una broma, hubo gente que se lo tomó muy en serio. Al final todo transcurrió como estaba previsto y sin ningún tipo de incidente.
Volvimos al hotel para descansar un rato y prepararnos para la cena.
Después de ésta, se procedió a la entrega de premios, sorteo de regalos y entrega de trofeos.
Los premios y regalos fueron donados por Juanjo Padilla y fueron:
Premios:
A Claudia y Susana, futuras mercurianas, Toallas Playa Bultaco.
A Pablo Cumplido, participante mas lejano, Polo de Bultaco.
A Vicente Moreno, camiseta Bultaco, por coodinar la vuelta y moderar el foro.
Sorteo de regalos:
Kappy, camiseta de Bultaco.
Javilube, porta CDs Bultaco
Mª Cruz, porta CDs de Bultaco.
Villanueva12, Guantes de Bultaco
Gloria Villaplana, camiseta Bultaco.
Trofeos:
Mercuriano de Honor: Mercu
Forero Revelación: Kappy
Ganador prueba de aceleración: Cincohierros
A la organización: Padilla y Villaplana.
Después de una corta sobremesa, hicimos un botellón espontáneo en la puerta del hotel, donde tuvo lugar "la noche de los carburadores".
En la puerta del hotel, un grupo de incontrolados, se puso a desmontar la moto del forero revelación. Reguero de gasolina, manchurrón de aceite, etc... (dejando huella....).
A la mañana siguiente, solo había programado un desayuno conjunto. Después cada uno decidiría su destino. Algunos se fueron pronto, otros seguimos charlando mientras cargábamos las motos en los remolques.
Y finalmente, y lo más importante, es que todos llegamos a nuestros destinos.
Pues esta ha sido mi mini-crónica, que seguro será ampliada por alguno.
Se me olvidaba dar las gracias públicamente a Jose Luis (Taglioni), que vino exclusivamente a echarnos una mano con su conocida corrección, buen hacer y buen humor.....
LLegué sobre las siete de la tarde al hotel. Los últimos 10 kilómetros con las comentadas pendientes. Mi mujer decía que era imposible que este fuera el camino correcto. Nunca había tenido que poner primera en un coche para subir una cuesta que no fuese la de un garage. Me acordé de Kappy.
Una vez en el hotel, ya había un buen número de mercurianos esperando.
Tomamos posesión de las habitaciones y nos dispusimos a probar la cerveza del lugar mientras contábamos batallitas y nuestros avances mecánicos.
Después de cenar y de alguna que otra copa sin alcohol, alguien dijo esa célebre frase que hace que algunos se envalentonen. Así que serían mas de las doce de la noche cuando un grupo de valientes nos dispusimos a acometer la ruta nocturna mas suicida jamás contada. Inolvidable. La vuelta se hizo larga. Varios kilómetros en primera ¡¡¡¡¡
A la mañana siguiente, llegó el grueso de la expedición. Y a la hora prevista los motores se pusieron en marcha para comenzar la ruta por unas maravillosas carreteras. Un diez para el que diseñó la ruta ¡¡¡¡.
Alguna parada de reagrupamiento y otra en una gasolinera. A mitad de ruta paramos en un monasterio a tomar un refrigerio cortesía de Juanjo Padilla. Proseguimos la ruta para finalmente llegar al restaurante donde se iba a celebrar la comida. El ágape fué espectacular. Calidad, cantidad, amabilidad y servicio impecable fué lo que obtuvimos gracias a la gestión de nuestro patrocinador y amigo Jose Fernando Villaplana.
Después de una larga sobremesa, partimos hacia el hotel, donde nos dispusimos a celebrar la curiosa prueba de aceleración. Lo que parecía una broma, hubo gente que se lo tomó muy en serio. Al final todo transcurrió como estaba previsto y sin ningún tipo de incidente.
Volvimos al hotel para descansar un rato y prepararnos para la cena.
Después de ésta, se procedió a la entrega de premios, sorteo de regalos y entrega de trofeos.
Los premios y regalos fueron donados por Juanjo Padilla y fueron:
Premios:
A Claudia y Susana, futuras mercurianas, Toallas Playa Bultaco.
A Pablo Cumplido, participante mas lejano, Polo de Bultaco.
A Vicente Moreno, camiseta Bultaco, por coodinar la vuelta y moderar el foro.
Sorteo de regalos:
Kappy, camiseta de Bultaco.
Javilube, porta CDs Bultaco
Mª Cruz, porta CDs de Bultaco.
Villanueva12, Guantes de Bultaco
Gloria Villaplana, camiseta Bultaco.
Trofeos:
Mercuriano de Honor: Mercu
Forero Revelación: Kappy
Ganador prueba de aceleración: Cincohierros
A la organización: Padilla y Villaplana.
Después de una corta sobremesa, hicimos un botellón espontáneo en la puerta del hotel, donde tuvo lugar "la noche de los carburadores".
En la puerta del hotel, un grupo de incontrolados, se puso a desmontar la moto del forero revelación. Reguero de gasolina, manchurrón de aceite, etc... (dejando huella....).
A la mañana siguiente, solo había programado un desayuno conjunto. Después cada uno decidiría su destino. Algunos se fueron pronto, otros seguimos charlando mientras cargábamos las motos en los remolques.
Y finalmente, y lo más importante, es que todos llegamos a nuestros destinos.
Pues esta ha sido mi mini-crónica, que seguro será ampliada por alguno.
Se me olvidaba dar las gracias públicamente a Jose Luis (Taglioni), que vino exclusivamente a echarnos una mano con su conocida corrección, buen hacer y buen humor.....
